Crotus
Prenn
Me encontraba
en la ladera grande y larga de la montaña, tenía que subir si no quería pasar
la noche fuera de casa. Después de un buen rato caminando, me giré atrás y en
el horizonte pude ver la alta y colorida noria que asomaba en el centro de la
ciudad.
Empezó a
llover. "¡Lo que me faltaba!", pensé. Me puse a correr hasta que, de
repente, encontré un letrero musgoso y viejo. En él ponía: “Colegio de Primaria
y Secundaria Crotus Prenn”. Decidí entrar hasta que pasase la tormenta.
-
No tengo nada mejor que hacer - me dije.
Por dentro
parecía una casa vieja y descuidada. Entré en una de las aulas para ver un poco
hasta que amainara la lluvia. Dentro había una pizarra polvorienta llena de
dibujos y una frase en grande que ponía: “¡Feliz último día de colegio!”.
También había unos estuches descosidos rellenos hasta los topes de gominolas
pringosas y caducadas. Había también lápices de colores mordidos y rotos. La
lluvia había cesado, así que decidí salir de allí. Salí por una puerta
chirriante con un grandioso altavoz al lado. Volvía a casa, cuando me encontré
con un vecino y le hablé del colegio en el que había estado. Entonces él me
dijo:
-
¿Cómo has podido entrar? Si ya no hay colegio,
lo derribaron hace semanas.
Después de
quedarme un rato paralizado, decidí que no caminaría nunca más por ese camino.
Mathías Salcedo Flores 1ºE